martes, 16 de febrero de 2010

"MORTANBAI" BIEN ACOMPAÑADO

Este domingo, como ya esperábamos, iba a ser "patagónico". Tempeaturas bajas, viento que helaba los huesos y una lluvia intermitente. Estamos en invierno y estas tres sensaciones son lo mas normal en esta época, así que, no digamos que: -¡que mal tiempo hace!-. Lo malo sería que no lloviera. Queríamos subir a Sierra Nevada a foquear (ski de montaña), pero el tiempo en tales cotas era bastante crudo y daban nevadas constantes, lo que haría que las carreteras fueran una trampa mortal. Méndez y Ale, salían con la "mortanbai" (mountainbike" en andalú coloquia), así que la razón perfecta pa sacar la burra a pasear. El sábado fue un día, "indor": metíos en la "jaula" del gimnasio, elípticas, pesas y bla,bla, pero hoy tocaba algo de aire fresco.



Con la idea de hacer unas 2h30´ a 3h , Méndez y su "master en el wikiloc", nos propone de hacer una rutilla circular por el río Almogía, espaldas del parque tecnológico y terminar saliendo por el Puerto de la Torre.


Saliendo de la barriada de Nueva Atalaya, por encima de la universidad, la oscuridad borrascosa pintaba la mañana. A las 10:30 ya rodábamos dirección Campanillas, con una lluvía de alfileres helados y con el soplido racheado del aliento del invierno. El abrigo que llevábamos era completo pero la temperatura era de unos 7º, que en Málaga con la humedad del Mar, nos da una sensación mas fría y unida a la sensación térmica del viento pues...., vamos....., ¡que los pies y las manos como cubitos de hielo!. Eso era lo que les esperaba a los que salieran al campo hoy, sentir el invierno.



Mirando las Sierras de Alhaurín, Mijas y Compañía, eché cuentas en Iván, que andaría por allí haciendo el rodaje largo de la semana, la humareda borrascosa se había adueñado de aquellas cotas, pero cumplió con lo pactado con el Trulli, "el papixuli".

Llegando a la barriada de Zapata, pedíamos a gritos una cuesta larga para calentar bien la anatomía. Intentamos cruzar el río Almogía por varios pasos, pero el caudal era demasiado alegre y profundo. Seguimos buscando hasta encontrar uno lo bastante seguro. Ya en el cauce del río, al ser éste bastante ancho, íbamos de un lado para otro esquibando los caminos de agua que podíamos, y los que no, pues al agua pato, con el obligado mojado de pezuñas. Que fría estaba.


























Fuimos a parar, después de algunas cuestas cortas, a una estrechez de este río, y escapamos de ella por una cuesta algo más larga hasta la barriada de Los Moras, cortijos diseminados, decorados por el almendro en flor y la fuerte encina, tierra de verdiales.


















Nos siguieron unos kilómetros por un carril cómodo y rodeado de arbusto de monte bajo, hasta llegar a uno zona muy divertida, unos metros por un arroyo. Pero por aquí cambio la cosa, tuvimos que arriñonarnos en la rigidez de nuestra montura, para progresar unos cientos de metros de rampa que arañaba la "verticalidad". La rueda trasera patinaba, la tracción se perdía por echar el peso en el manillar para que se nos fuera la rueda delantera.


Y fuimos a parar a la espalda del parque tecnológico (Campanillas), a una pequeña presa, la presa del Tomillar, una presa de emergencia que podría abastecer a Málaga durante dos semanas en caso de sequía.


Siguiendo caminos y pistas que atraviesan fincas de cítricos, llegamos al Puerto de la Torre. Nuestros pertrechos iban bien decorados por el barro y los salpicones. La lluvia iba y venía, pero cuando uno está en el "fregao", ya que mas da. Y tras 43 km con la ilusión de ir por bastantes tramos que no conocía, llegamos al punto de salida.

Un abrazo a Méndez y Ale, con los que pasé una mañana muy divertida, y en la que nos pusimos al día de nuestros días.

Después con la ducha caliente, los pies parece que se me caían a cachos.





MUCHO MONTE!!!

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